Me envía a visitar a un médico. Un tal Dr. Tarazona. Llego a su consultorio. Me presento. En que le ayudo Doc. Dice que las imágenes del Cardiógrafo no están bien, cómo es posible, no tiene ni un año. Habla pausadamente, sin mirarme a la cara, es su forma de no admitir objeciones. De ponerse por encima de uno. Me facilita el observarlo, mientras él habla como un profesor antiguo, yo miro su rostro; luego le pago con idéntica moneda, no le respondo, no lo miro, me hago el médico, ausculto el aparato, hago pruebas aquí y allá, todo funciona bien, Encaro al médico, sin mirarlo:


